En determinados pacientes se produce una inadecuada absorción de azucares o hidratos de carbono de cadena corta contenidos en la dieta. Estos al ser pobremente absorbidos en el intestino delgado pasan al intestino grueso donde son fermentados rápidamente por las bacterias produciéndose gases y atrapando agua por efecto osmótico.

Dan lugar a trastornos funcionales intestinales, que son relativamente frecuentes en nuestra sociedad, caracterizados por dolor, distensión abdominal, y en muchas ocasiones alteraciones del tránsito intestinal. Se trata de un problema frecuente e infradiagnosticado.

El acrónimo FODMAP hace referencia a monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos y polioles fermentables entre los que se incluyen: fructanos e inulina, galacto-oligosacáridos, fructosa, polioles (manitol, sorbitol, xilitol, maltitol, entre otros). Algunos pacientes van a presentar una intolerancia clara a un grupo restringido de FODMAP, pero muchos van a presentar intolerancia a varios o a muchos.

La dieta baja en FODMAPS hace referencia a una dieta con bajo contenido de hidratos de carbono de cadena corta, que se utiliza en aquellas personas con síntomas digestivos inespecíficos sin haberse llegado a filiar la etiología, como es el caso del síndrome de intestino irritable.

Tomado de: www.ienva.org

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