Todos sabemos que una alimentación balanceada y el ejercicio diario, impactan el funcionamiento de nuestro sistema digestivo. Además, que este tiene una gran influencia en nuestras emociones, y viceversa, lo cual nos obliga a tener una buena salud mental. Pero, ¿qué más podemos hacer para que nuestra digestión funcione correctamente y no afecte nuestra vida diaria?
1. Evita los disgustos a la hora de comer:
Enfócate en tu momento de alimentación, no se vale hacer otras cosas mientras comes, ni estar enojado. Cuando una persona experimenta este sentimiento, libera gran cantidad de adrenalina y, posteriormente, vienen los efectos de esa liberación: un cambio metabólico en el cuerpo.
2. No te acuestes después de comer:
Esto bloquea el proceso de digestión, causando la sensación de «estómago pesado». Además, puede aparecer el reflujo gastroesofágico, ya que los ácidos gástricos suben por el esófago y garganta generando una sensación de malestar. Se recomienda reposar al menos 40 minutos.
3. Evita el uso de laxantes:
A menos de que tu médico te ordene algún medicamento para combatir el estreñimiento, evita al máximo el uso de laxantes. Estos pueden ser perjudiciales para tu salud a largo plazo, pueden irritar el intestino y generar dependencia. Así mismo, el uso de laxantes podría «esconder» afecciones graves en el cuerpo, más allá de un estreñimiento.
4. Mastica despacio:
Esto podría reducir la aparición de gases, favorecer una buena digestión y ayudar a la correcta absorción de nutrientes. Masticar entre 20 y 50 veces cada bocado, estimula el inicio de los procesos digestivos, mediante la producción de ácido estomacal, enzimas digestivas, bilis… y también favorece el peristaltismo intestinal.
5. Cambia 3 comidas gigantes, por 5 moderadas:
Elige porciones moderadas para el desayuno y el almuerzo, y reduce las porciones para la cena. Además, es ideal cenar temprano para que existan al menos dos horas entre la última comida y la hora de dormir. Te recomendamos hacer 5 comidas durante todo el día con porciones moderadas.
Y un consejo adicional, ¡consulta con tu médico ante cualquier novedad en tu cuerpo! Es importante escuchar sus señales y tratarlas a tiempo.
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procedimiento utilizado para el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de pacientes que tienen enfermedades del tracto intestinal bajo (colon, recto y ano).
